24.6.09

ÈBOLA seguido de Twenty dead holligans


“ÉBOLA” (2009)


Obra poética.

Nunca pensé que podría gastar tanto dinero.
No por mí que era su hijo querido,
sino por el poeta
a quien abiertamente despreciaba.
Pero aquí estoy
ante el macizo cuerpo
que componen sus páginas,
sacándole el moño.
Lo leeré tanto
o lo maltrataré tanto
que poco a poco
el libro se convertirá en jirones
la portada ira por un tiempo a la pared
enganchada a un clavo oxidado
allí donde una vez hubo un crucifijo.
Ahora el
El dandy ciego
está sacando su reloj de bolsillo.
un gesto exclusivamente de dandy
puesto que el
mide el tiempo
con los parámetros capciosos
del alma.
Ella observará con naturalidad
el cercenamiento a que ha sido sometido
el libro;
con naturalidad
verá que
unidas con abrochadora
las páginas correspondientes
a El Oro de los Tigres se van
con Goico
Elogio de la Sombra
con el viento
Everness sin embargo
Perdurará en mis bolsillos
como una condena
para la memoria.
Ella también observará,
esta vez con horrorizada naturalidad,
como una nochebuena
la primer página de El Golem
enrollada igual que un tubo
sirve para conducir
caspa del diablo al
orificio derecho de
mi nariz.
Oh
destino singular
de los gruesos volúmenes.


negroalimentadoarró

Después de pasar quince años
comiendo (salteado) arroz hervido
caben tres posibilidades:
Volverse chino,
volverse puto (eso si en este caso el arroz debería ser integral y del morral debería pender un libro de Chopra)
O bien, convertirse en asesino.
Es por eso que
casi siempre tengo un dejo de
contemplación militante
para con
los correlatos de la injusticia social
para cuando estos sencillamente
matan.
Sobre todo cuando
en las góndolas
de los supermercados
los precios de los alimentos
suben
sin que nadie los controle.
Sobre todo cuando el aire de las ciudades,
se ha vuelto
poco menos
que
irrespirable
a causa de las voces destempladas
de las señoras de derecha
que vuelven de la procesión.


Beatiful loser I

Venía por la 32.
Del Belgrano
a lo de Laurino.
Casi bendijo a los
árboles de la vereda,
le atajaban
los artefactos de sol
que bajaban como aerolitos
del cielo.
Había olvidado sus gafas
negras en el Trocha
perdido
escuchando
a Boli el cantinero cantar un viejo bolero
de Manzaneros.
Saludó al Canario
y en el otro extremo del viejo mostrador
a José María Costa
sin preguntarle nada Alfredo
sacó de la heladera
la botella de americano primero
y después la de Minerva
fue su gancia número cuarenta y dos
del día.
Con poco o casi nada
De soda.



Te he buscado

Te he buscado
en la aproximación a un cuento
en la trama irresuelta de una novela compuesta
capa a capa
por la acumulativa superposición
de los sueños soñados en siestas de insomnio
y en la noche profunda del cazador
donde igual que un contaminador o un heresiarca
intenté convertir tu persona
en personaje.
Pero madre,
madrecita
(irremediablemente)
no tienes otra cosa
que destino de poesía;
el amor persiste
en hondonadas del presente,
solo como prerrogativa absoluta
de lo que llamamos verso.



Los pibes, los laburos.

Se le afirman,
igual
que si estuvieran matando a un chancho
los pibes,
se le afirman;
le ametrallan el recto
a cabeza pelada
(total para qué)
le liman el buje
con desidia
sobre sábanas de seda
al pederasta.
Por la ventana,
mientras bombean,
mientras le dan murra
-por la ventana que da a Callao-
miran pasar
los techos de colores
de los autos.
Con la plata del
el senador
compraran merca y escabio
cedes de Néstor en Bloque
y pulseritas
para sus novias;
el mundo
para ellos
se ha trasformado
es ese ir y venir
indolente,
en esa vaga ilusión
de corporeidad
que ronda
en cada uno
de sus cuerpos.


El Che Guevara de chocolate.

Humano y humilde.
Tanto,
que parece
haberse luxado
el alma de vergüenza
en
el bronce.
En el organismo inmaterial
en que
creen
en que creo
en que todos creemos
haberlo
perpetuado
como homenaje.


Al pie de sepulcros imaginados.

No los lloren
muchachos,
no los lloren
que la lágrima no es fiel
de la piel de los leones.
Flores de fuego
con tallo
de fusil,
música de
caños libertarios,
el gesto adusto
y desafiante;
y tambien la risa
por que no,
de los que saben
que el triunfo ineluctablemente llegará.
Pasos firmes del futuro
en la desembocadura
de las sepulcros
imaginados.


E.M

Dicen que se mató
jugando a la ruleta
rusa
en el depósito
de una quesería,
solo.
A
mí me cuesta creer
en el depósito
de una quesería,
jugando
a la ruleta rusa,
que se mató,
solo.
Sin avisarnos.
Sin volver a tocar Whis you were here
en un rincón de la cocina.



Esos y Shells.

No por necesidad.
No.
Aunque sí.
Tobías, Manuel y El Número Uno
salen a poner
el pecho
a reventar esos y shells.
Los rozagantes niños mimados
de la sociedad
cansados
de la droga
en polvo
cansados
de la droga
de diseño
cansados
de ver sus caras babeantes
al borde de la imbecilidad
en los nichos de internet.
A reventar esos y shells
A presenciar el terror
en la cara
de los otros.
Adrenalina,
no tarasca,
quieren
¿Que están teniendo los pobres,
en la violencia
de todos estos años
que les está
faltando a los ricos?





Como gaviotas.

El Negro
aspira y me mira.
Menos mal
que somos unos secos,
dice
el Negro
el corazón cromado
y el hígado al viento.
Menos mal
que no somos capaces
de tener
esta bolsita
todos los días
que nos falta la guita
para comprarla
Imaginate, dice.
Diez mogras diarios,
ni cristo
nos salvaría
de volar
como gaviotas.




El poeta de la caña paraguaya.

El poeta lo había
confesado:
sólo
escribiré poesía
para
darme el lujo y
el placer
de escribir la palabra
fuego.
Se metió un torrente
de caña paraguaya
en la garganta y
siguió;
fuego
para
sentir
el poder
total en mis manos,
su poder
conectando redes
incendiarias
a través
del texto.
Muchos lo creyeron
un neroncito bravucón
un hombre perdido
con destino de
bombero.
Otros
unos pocos
entre los que me cuento
lo tomamos
como maestro.
Así que aquí estamos
muchos años después
con la chispa y el querosén en el borde
del lápiz.






Seres mitológicos.

El peligro de
la amistad,
el peligro
de cinco torres
de fernet
meciéndose en la lengua
hasta desencadenar
un tornado de
humillación o de gloria.
El peligro o más bien
la tentación,
en la noche impertérrita
de las condecoraciones:
Querer convertir
a los amigos
en seres mitológicos.
He aquí parte sustancial
del drama.



Me gusta.

Me gusta la Idea de
Dios Cuando es
Mero Laberinto de
Ociosos
Cuando
Media en
La interlocución
Un barril
Inacabable de Cerveza
Y
una pata sangrante
De cordero
Cuando somos
Capaces de
Darle rienda suelta
A la imaginación
Y creamos
En la noche transtornada
Veinticinco
Nuevos dioses transparentes
Ciento ocho
Nuevas órdenes crepusculares
De otro modo
Prescindo
De la idea
De dios
Por el solo hecho
de no estorbar
Lo que de algún modo
Ya le legué
A la nada







Hechos de apariencia demenciales en algún punto.

El juguete,
apoyaron el juguete
contra el pecho
el juguete buscando pronto
el corazón
la vía directa
de la muerte fría y seca y pronta.
Aunque no deberíamos decir ni juguete ni fierro
ni la máquina
teñiría las cosas de un color delictual
y esto
según consta en actas
no es otra cosa que
un acto de justicia histórico.
Así lo han determinado
los nuevos muchachos peronistas
los ex Tacuara
los ex AC de Mujica.
Como llaman
al arma con que
van a ajusticiar
al General?
Tiene algún nombre especial
las armas que según ellos, los que la usan,
impondrá justicia a través de los años.
Debería tenerlo.
Los muchachos tiemblan más
que el viejo General
es que se vuelve difícil
encarnar, poner cara de
nosotros somos la balanza perfecta
que de un modo secreto a nombrado
el pueblo,
para borrar
sus cicatrices.
Uno golpea el yunque
y el otro dispara.
La noche se estrella
De sangre
En Carlos Tejedor
¿ puede ser que hechos
en apariencia demenciales
en algún punto,
trancurridos miles
de años,
y un exorbitante número
de análisis
sean portadores
de la más
clara de las
verdades?






Nuevas propuestas pedagógicas.

Los Montos
daban la vida por los
pobres.
Los milicos
torturaban y tenían un
plan de exterminio
para que nadie toque
nada
de lo que injustamente
pertenece
a los ricos.


Luca in London.

Al igual que el César
antes de ser nombrado emperador
desembarcó en Inglaterra
con elefantes
esta vez,
claro que,
los elefantes
la pesada artillería de viejos dumbos
no dibujaban una formación
de cuadros especiales,
corrían por las playas pedregosas
de su sangre.
No lo esperaban como al César
tribus de britanos con el rostro
pintado de verde y azul
cantando canciones de guerra
aprendidas en las Highlands
aunque sí raras especies
de una Londres negra y marginal
fumandose en dos acordes el retrato de la reina
Cinco años de
Elefantes rosas
Saliendo
De la heladera.




Que no llegue.

Que
no
llegue nunca
que
nunca pise
de mi mente
el almácigo
lo que dan en llamar
“la voz
de la experiencia”




Mi primer muerto.

En círculo, fumamos
miramos pasar las horas
pregunto si alguna vez
han visto
a un muerto
un muerto, repito
acomodadito y
perfumado
en la casa velatoria no,
tumbado,
en la calle
herido de muerte
seco, frío, fiambre ya
sin vuelta atrás
como una bolsa
una bolsa que contuviera
el vacío
la nada
ni los huesos.
La cara tapada
apenas por un trapo
antes de que
llegue la ambulancia
antes de que lleguen
los perros y las moscas
antes que suba al bote
que the boatman le pique el
boleto.
Así, en esa
situación, les digo
occiso,
finado,
mortadela
sin nada más que
esperar
bajo la luz enajenada
de esta galaxia.
Hasta Papillon, peludo viejo
se va yendo
sin saber si
ha visto o no
un muerto.
Yo me voy
me voy con
la quietud estremecedora
de ese cuerpo
de hoy a la
mañana
tirado en la 17.
Mi primer
muerto
espejándose
en mis reflejos musculares.


Campo.

Lo inconcebible.
Lo que nos arrastra
Hasta
Las mesas de este
Bar
A tratar que
La ginebra
Cumpla su delicada labor.
Medio pais
Vivando
A la oligarquía
Agropecuaria
Disfrazados
De peones.
Goico dice
Que jamás
Ni en sus peores
Pesadillas pensó
Asistir
A una manifestación
Tan clara y fervorosa
De anuencia
Al capitalismo.
Lucas Erven Bols
Inventó esta medicina
Para los eternamente
Contrariados.
Debería decirlo
En algún lugar de
La etiqueta.


Se bemba.

Se
bemba
el verso.
Se
bemba.
Se
diluye
Se
corre
Se
termina
Servite
Un whiskey,
encende el winco
Pone otra vez más, Fabián Casas
ese disco
de Gianuzzi.



Nada que envidiarle

Maruca,
Cachita,
la coja de Arlt,
Pancha de la Cava,
Titina de Ensenada;
nada que envidiarle
en cuanto al nombre, digo,
a Potona del barrio de Colito,
hermana de Platón.



The Big Band


En el Comu.
Apostados sobre
El mostrador.
El clan perfecto
Para capear
El diluvio.
Para ir de mesa
En mesa
Matando la
Ansiedad
Con la fuerza
Arrolladora
De dos cajones
De botellas.
Para mirarnos
A través
De la geometría
Del caos,
del encantamiento
De la sustancia
Y comprenderlo todo.
Una banda de rock,
somos
Una big band
iluminada
Sin necesidad
De instrumentos
Que
Tiempos aquellos.


1990

Ni a las orgías diarreicas
De Sodoma y Gomorra
Ni a las barricadas del Mayo francés
Ni a las escenificaciones finales
De Waterloo
Volvería
A 1990
A ese instante
En que cruzamos la plaza San Martín
En diagonal
Del Cabildo a
La Recova
Gerard a la izquierda, el Gordo a la derecha
Y Pablo, Hernán y Sendic
A la zaga
Hablando
Hasta por los
Codos
Planificando la conquista
De un imperio
Moqueando
Nuestros primeros brillos.
Sublimes.
Reales.
Incontenibles.
A eso, sin dudas
Volvería.


Beatiful loser II

Con señas parecidas
a sus dientes amarillos
le preguntó al viejo Julián
cuanto salía
la copa de guindado.
“La mitad de un vino blanco, Gallego.
Me lo quiero
sacar de encima.”
Una a una
en días sucesivos
van bajando
con su carga interminable
de polvillo
las botellas coloradas
del estante.
Es arduo el guindado en ayunas
pero solo los primeros
días.
La ecuación criminal
de ser curda
y a la vez insolvente,
lo llevan al Gallego,
lo arrastran sobre
el mostrador
a la empalagosa epopeya.
Atrás y para siempre
quedaron
sus años
de campeón,
de bailarín
de rock and roll.





Jet lag de camerusa.


Ganamos o perdemos
cada vez que los poetas
entre tanto jet lag
de camerusa,
entre tanto epígono
brutal de basiliscos
se vuelven
máscaras sueltas
de un carnaval
agonizante
ironistas absurdos
del
dolor.
Cuando a la vaca
le entran a sacar
la leche
por el
culo.


Bowie

De pasiones observadas
Desde el ojo
De la cerradura
De diamantes
Duros
En el anillo
De la nariz
De revueltas interestelares,
de mausoleos
de piel trasnochada
de pijas de puta
estan hechos
los discos de
Bowie.


Ni una piedra

A veces la indignación.
La indignación
de la indignación.
Nos proponemos marchar, entre otras cosas del protocolo panfletario,
y nuestros pasos suenan a soquetes.
Nos
proponemos- ginebra mediante- hacernos de un zarpazo anacrónico con la cúpula del Kremlin, con los restos de la Casa Blanca.
Take Manhatan, take Berlin.
Nos encaramamos –cuando se acaba la ginebra y el vino parece agua- contra la tendencia a contribuir a una sociedad justa pero basada en la gigantesca cazabobos del mercado.
Nosotros, loco
Nosotros que no tiramos ni una piedra
Contra los diez años
inverosímiles
del turco.



Mañana en la ventana.
(Versión libre de un poema de T. S Elliot)


El ruido de los pocillos de café
En la habitación de al lado.
Desde la vereda, desde la calle
Intuyo llegar el sexo suburbano de Mari
Surgiendo lánguidamente desde la puerta de servicio.

Apenas luz y niebla traen a mis ojos.
Desde el desván enloquecido de la calle caras deformes,
Sacan de una prostituta de pollera embarrada
Una inútil carcajada que vuela por el aire
Y se estrella sin pena ni gloria
Como una mosca envenenada
Contra el vidrio de la ventana.


Del copi.

Chupaba vino negro
al borde del abismo
cerca del vellón
del Hades
conjeturando que tal vez
antes de que acabe el verano
retornaría a su destino de ceniza.
Antes de que se termine el verano sí, capo
pero al borde de la calle, poné nomás
al lado de este tacho de basura
meloneando que a lo mejor
vuelvo a la mierda de la mierda
de las mierdas primordiales.
Chupaba vino negro,
fluido Manchester,
del copi.



Que la idea

Que la idea
domine
la perdigonada
de la palabra.
No
que las palabras
arrastren
con sus caprichos y corcheas
el núcleo de la idea,
el pensamiento.
Como pedía
Gombrowich:
la literatura
como una mano
férrea
intentando
controlar
la fuerza de un potro
desbocado
o
también
precisamente
todo lo contrario.



El Ciento de Supten

Hace tiempo que
tengo fiebre. Revuelvo el
té y el paracetamol con la punta
de la lapicera.
Sobre un costado de la mesa
he dejado la novela de Faulkner.
No puedo avanzar. No sin que un
principio de ictericia me tumbe
sobre el alfabeto infernal
del alto Missisippi.
Supten peleó
con el negro
trenzó sus brazos
al torso del dios
de los esclavos
para que su hija Judith
una joven niña,
para que Judith
para
que una joven niña
en un galpón del Ciento de Supten, qué?
Cualquier respuesta es
vana o estúpida,
solo el eco
de la interrogación
nos llega como
música barrosa
del río
como una
amenazadora y a la vez elegante
furia
de cansados caimanes.




En esta condiciones.

Allí estuvo posado.
Sobre la mesa de luz.
Un volumen de la obra de Viel.
El o ella se lo han llevado
mientras yo dormía
mientras iluminaba los cadáveres
verdes
del sueño.
Sobre el espacio
vacío
que solo es un espacio vacío
por efectos
de una realidad que no admito
han quedado
los rastros
de un guerrero
el agua rielada
por los brazos
del nadador,
depósitos
anfibios de la memoria,
truculencias de la infancia.
Me cuesta seguir durmiendo
en estas condiciones.



El viajero inmóvil.

Mercedes. Me pregunto
que es Mercedes.
No me cierra
ese mangrullo donde se trepan
los blandengues
de la compañía La Valerosa
a vigilar al indio. El camposanto contiguo.
Tampoco el lustre
de sus pobres monumentos,
ni mucho menos la arquitectura de
sus edificios, los más,
de instituciones detestables.
Me respondo,
carraspeo la respuesta más
próxima
Mercedes
es ese puñado de bares
que frecuenté
que mi sed ha frecuentado
bares efímeros
bares que han cerrado
lugares donde ahora hay bancos
o agencias de seguros
o donde a su vez han abierto
nuevos bares
pero que no los mismo a los que
yo entré alguna vez
cuando lucía entre otras cosas
pelaje
de
fuego
como camisa.
Así navego en territorio fantasma
Sin reconocer el mapa
Sin poder guiarme porque tambien
Han vendido
Las estrellas.
Todas las patrias
son patrias particulares
que construimos en el interior de un
atónito
viajero inmóvil.




Instrucciones últimas.
(Versión libre de un poema de Ezra Pound)

Vengan rocanroles míos,
cantemos nuestras pasiones más bajas
expresemos nuestro odio
hacía el hombre sin preocupaciones y estable.
Son buenos los rocks surgidos de la combustión de mi sangre
pero creo que terminaremos mal,
si nos empantanamos en el discurso de la calle
en la parada de taxis del abismo,
solo enfriarse y no hacer daño a nadie
no es lo correcto.
Ni siquiera pueden expresar la fiereza
de nuestro carácter
vamos a terminar mal, para el carajo.
¿y yo?
Me he vuelto medio colifa
He hablado tanto en el corazón
de las canciones que casi somos la misma cosa.
¡composiciones flipadas, bestias sinvergüenzas
totalmente en pelotas!
Pero ustedes rockitos nuevos, valsesitos ligeros del montón, son los bastante nuevos para haber pecado
de orgullo ultradeforme
Les traeré entre otras cosas
bouzukis procelosos del Echeverri
delicias mentales de Semasendi
corbatas de Prada
y zapatos argumentales de Dolce & Gabana
Para que no nos digan que nos falta el gusto,
para que no digan que a nuestra casa le falta linaje.


Beau Geste

Zinderneuf,
Como en el viejo fuerte
de Zinderneuf
allá
en el norte de Nigeria.
También somos dos
legionarios
al borde de la cafard.
A mi padre y a mí
nos gusta jugar
a que en horas de la muerte
cualquiera de los dos sea el que caiga
a manos de la Oscura
será oficiado, sin más
un entierro viking.
Me imagino el inmenso dolor de
mi padre al pensar en su hijo muerto
pero bueno, es un juego
y a decir verdad el que más sufre soy yo
pragmático e inmortal en mi niñez
fehacientemente
admito que seré yo el encargado de
oficiar las exequias nórdicas.
Sabía que sería yo
el que estaría en problemas
no solo
por el páramo de soledad
que en esos instantes
se estaría inaugurando
en el campo de mi pecho
sino por problemas de orden práctico
A saber:
El funeral vikingo
consta de una balsa, una pira
de leños secos, un perro
que acompaña al muerto
a instancias de Caronte
y un mar o un lago
donde navegar y perderse
en el horizonte
pero en Mercedes
ya no hay mar
se plego hacia el oeste
en el pleistoceno
Así que siguiendo
todas tus instrucciones
pongo el disco
de Pichuco
“Responso”
has pedido
y dejo que en territorio
de mi mente
ese lugar que nunca te fue ajeno
Y el que te abrigará para siempre
comiencen
a crepitar
los leños
de la pira
funeraria
Hasta que tu cuerpo
Y mis ojos
Se envuelvan de
Fuego.
Como aquella tarde
en Zinderneuf
en el norte de
Nigeria al borde de la
Cafard.

Zinderneuf resiste

Poner a los
muertos
en las troneras del fuerte
con sus fusiles
apuntando hacia
el desierto.
Hacerle creer al árabe
que
Zinderneuf resiste.
Uno a uno
me iré acercando
a los cuerpos
muertos,
yacentes en las troneras.
Y dispararé
Su fusil mercenario.
Al caer la noche
no sabrán
que han convertido
Zinderneuf
en un cementerio.



Gunga Din

Tarde mucho tiempo
En decirle
A mi padre
Que Gunga Din
Era un traidor
Que no debimos
Temer nunca
Al foso de serpientes
De Suyodana
Valiente
Patriota
Hindú.
Escupo una y
Mil veces
Contra el infame cornetín
De ese pendejo
Cipayo que el
Cine blanco y negro
Nos quiso
Hacer creer un héroe.
Se que mi padre
Estará de acuerdo.


La voz de una peruana.

Obra maestra
del realismo inmediato
mi hermana Dinky
nos ha escrito
-con irreprochable pulso-
a mi madre y a mí:
“ahora que el dolor nos quema
debemos permanecer
más juntos que nunca”
La damajuana sobre
la mesa de mármol
bajo las variaciones amarillas del aromo
es el rojo corazón de un toro
océano de potencia
del que yo quiero extraer
la fuerza necesaria
para seguir andando.
Mi madre del otro lado
de la mesa
desfigurado el rostro
por las sombras de la muerte
pero aún así, hermosa
parece pensar lo mismo.
Por el modo en que mira el vino
por la forma silenciosa en que
con su garganta desfondada
llama a mi padre.
Dejamos que la fina llovizna
de la tarde
que se me antoja roja como el vino
nos calé los huesos
nos llene de humedades
la sequedad del dolor
de la reseca muerte.
La lluvia contra el mármol
no es la única música
que acompaña la música de las lágrimas
un pequeño grabador
nos trae también la voz
de una peruana.
Cardo o ceniza.
Solemos desherirnos
Contra la herida de otro
Como si nos lavaramos, en otro cuenco
el dolor.


Nemo

El fondo del mar.
¿En el fondo del mar?
O en el paisaje
Mental del
Taciturno y
enigmatico
Capitan Nemo.
El momento
En que descubrimos
Que Nemo colabora
Con las causas insurgentes
De los paises sometidos.
¿Dónde permanece
Encallada igual que
Una perla,
la maravilla?






Violín

Te he traicionado
Vecho,
los he nombrado.



Tirria

Tranquilo
Si
Tranquilo con nuestras limitaciones
Que han plantado
Bandera blanca
De manera orgullosa no cobarde
Pero también con el monstruo
Dentro
Con la tirria
Con las venas hinchadas
Con el cuchillo bajo el poncho
Alguien que a sido advertido
Alguien que ha sido conminado
A introducir un cambio de marcha
En la locomotora del mundo,
Una velocidad equitativa
Que dicen que
Desde hace tiempo le falta.

Que habla de la noche

No tengo
nada que decirte esta vez,
nada que
explicarte.
Nada que tu sola embestida
sobre las puertas de los arcanos terrestres
como sobre el himen de las jóvenes
No pueda develar
Por si solo
Solo me limitaré ha
Cantarte una
Como si fuera
Un tango rante
Vieja
Canción
Irlandesa.
Que habla
De la noche.


“TWENTY HOOLIGANS DEAD” 2009

Dios es una idea de la “B”

La idea de dios
es una idea
de alguien
descendido
de categoría.
Pura y exclusivamente
de la divisional b;
“Solo veras a dios
cuando pierdas
la promoción”, dicen los libros sagrados.
Lo escribieron
hace miles de años
como si copiaran una promo de
Fútbol de primera.
Por eso yo juego infiltrado
muerdo tobillos
compro árbitros si
es necesario
para mantenerme
en primera.
Para no tener que caer
en tan injusta
necesidad.

Homenaje a Jhoan Cruyff

Que se la daban
entre ellos
como parte del modo integral
que tenían de interrelacionarse
dentro y fuera del campo de juego
que tenían cara de otarios
sobre todo
Jonhbled
que practicaban el
fútbol total
(esto dicho siempre con
descreimiento e ironía como si tal cosa fuera
imposible)
Que eran pecho frío y que hasta vestían una ridícula
camiseta naranja.
Lo que siempre olvidamos
lo que nunca decimos, Papillon
es que en Rótterdam
se quedó
Jhoan Cruyff
el mejor jugador de fútbol
del momento, exceptuando quizás
al incipiente cebollita,
otro que quedó afuera.
Se quedó, no vino Jhoan
rescindió la posibilidad
de gloria, Papillon
como forma de protesta
ante el mundial
que le dejaron organizar a los orcos.

Plata y miedo nunca tuve.

“Plata y miedo nunca tuve”
reza la bandera
colocada en la cabecera de la
tribuna visitante
como si fuera parte de un poema malo de González T.
Uno de los hinchas bebe
vino blanco
traspasado, hace un rato de una damajuana
a una botella de ayudin de dos litros.
El eco de los cánticos
en esta tarde fría
por efecto tal vez del
viento helado y
la resaca
entre otra desubicaciones
me trae el recuerdo
de una letanía de Joy Division.
Ian Curtis: no siempre es igual
la orquestación en el cuerpo de los muertos.
La melodía
de los
que se ahorcan
por la tarde.
El fútbol en esta parte
de mi vida se a transformado
en el marco verde
donde reflexionar
sobre
la apariencia totalitaria de la nada.
Los domingos desvarío.

Ni el gol del campeonato

A veces somos
Como la seguridad
Del sector L
De plateas del estadio
Alberto J. Armando.
A veces decimos
Que no
Como estos
Tristemente
Desmemoriados
Le están diciendo
Que no ha
Claudio Benetti
El chico
Que hizo
El gol para
Que Boca
Después de la
Racha negativa
Más lar-ga de la his-to-ria
Vuelva a dar una vuelta olímpica.
Le dicen que no
Que no puede entrar
Esta bien
Que el chico
No brilló
Como dicen
Pero hay
Algo
Que está fallando
gravemente
En esa decisión
Que están tomando
Los encargados
De cortar el
ticket.

Al horizontal.

La soledad crea
juegos monstruosos.
El Abelucho,
treinta y ocho grados
y una cancha a la vera de un zanjón donde nacen
entre el agua de lluvia
y las subacuáticas
huevos de sapo, renacuajos.
La pelota
en el centro del campo,
ceremonialmente la mueve
La mueve en su propio cuerpo
Alguien que no es otro que él.
Patea buscando
El travesaño.
Patea buscando
el travesaño.
Una y otra vez
él y la soledad
buscando el travesaño
Ese es su juego.
Un juego abominable
que a creado
la sola circunstancia
el solo hecho
de estar solo.
Reímos
aunque lloramos
cada vez
que
busca la pelota
allá lejos
detrás del arco,
en la enramada.
Un Sísifo obstinado
de camiseta roja, el
Abelucho.

Un dios así

Medio en pedo pero
no tanto
Papillon apaga
Con un palo
lentamente
las últimas brasas
del asado.
Apoyamos
los vasos
en el borde
de la parrilla.
¿ Y si es cierto?
nos preguntamos
y si es cierto nomás
lo que dicen con
cuidadosa sorna
los menos
pero con toda la evidencia
que debe ser así, los más
si le toco al él
ser los que es
No nos ponemos a enumerar
los milagros, no
no decimos, por ejemplo
que hubo días en que
los centelleos
de su pie izquierdo
no eran compatibles
con los patrones de adn humano alguno
ni que Fenwick y Butcher lo advirtieron
antes que nadie
ni que
algo en la gracia
de su verba
en la postura al caminar
lo delata
¿ y si es así, nomás?
Yo me quedaría más tranquilo
dice Papillón
con un dios así,
yo me quedaría más tranqui.

Tuta

Nombre: Gustavo Torres
Apodos: Tuta, Tutiña, Marote
Referencias: Se lo puede identificar
en una foto de El Gráfico trepado
al alambrado del Parque Independencia
junto al negro Scalise festejando la
obtención de la Liguilla 86.
Hoy es uno más
De los que viajan
Apretados en el 24
El Palomar- Retiro
Si hubiera jugado en este siglo un pase al
Monterrey o al Schalke 04
Le hubieran dado
Un respiro a su vida.
En cambio de su paso por Israel solo recuerda
El sol amargo sobre el kibbutz
Y la sensación de estar jugando
Una vez más
por el sanguche y la coca
Ahí está ahora
Paisaje humano encadenado
Al ecosistema salvaje
Del Camino Negro.

La papeleta

Lo trajimo’ a Cabrera/
Porque Cabrera/
Es el mejor/
Tiene la papeleta/
Para que Boca/
Salga campeón.
Nunca entendimos
Por qué José
mandó a corear
Ese mensaje hermético
En la tarde calurosa
De marzo.
Nunca lo supimos
Porque el cinco
Para rato
El cinco de calidad
Se mancó para siempre.
Me dicen que paleó
Este mal trance
Interpretando
Blues de Coltrane
Con su saxofón.

Coya

Entre las cosas
Graciosas que le
Gritamos desde
La tribuna
La que más recuerdo
Es termidor.
Buena tu media vuelta,
Bueno tu quiebre de cintura, Coya
Genial tu comba precolombina.
H. D. Gutierrez
Murió aplastando
Hojas de coca
Con sus dientes
Aborígenes
Intentando curar así
Su pancreatitis.
Le sobrevivino el paro
enseñandole
Al piberío wichi
Los pasos nuevos
que su comparsa
estrenó ese año
en Tartagal.

Ahora casamata

Llegan los chicos.
Con los trapos
y los fierros.
Sus músculos están aburridos.
El Gitano, el más viejo
de la barra, bosteza.
Esta tarde
no tendrá más acción
que ponerle la pistola
en la cabeza
-por el bendito tema
de la reventa-
a un hincha de su propio
equipo.
Somos presa fácil de los cambios
de época.
Niponi
de un disparo
cambió las reglas
de las lides
entre hinchadas
desde ese tiempo
no existen las trompadas
y las cadenas
se han quemado los papeles
de la misma forma
que quemaron los libros
de los generales prusianos
cuando un loco
inventó
la ametralladora
automática.
Ahora casamata.

2 comentarios:

  1. Mierda!!
    Visceral.
    Golpe tras golpe descubro nuevas visiones.

    Me encantó !

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  2. Tremenda la lectura rápida, amanecida, de estos poemas que me dejaron despierta y conmovida. Gracias

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